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¡Ahí viene el topo malvado¡ by MArtin Waddell

¡Ahí viene el topo malvado¡ by MArtin Waddell Todos los animales de la granja se asustan cuando el nino recorre el establo y anuncia a gritos que AHI VIENE EL MALVADO TOPO! Espantados, corren a esconderse. Todos, menos la gallina y sus pollitos, porque quien cree en el malvado topo? Si, tambien entre los animales se corren los chismes. Libro en PDF ¡Ahí viene el topo malvado¡ | Enlace en mega
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¡Puf! by Mar Pavón

Una vaca ingenua y muy, muy obstinada y una mancha traviesa son el punto de partida de esta hilarante historia a medio camino entre el álbum ilustrado y el cómic. Un álbum que hará las delicias de los más pequeños, que sin duda van empatizar con la simpática vaca que protagoniza esta divertida historia. Nos presentará todas sus manchas, nos enseñará a contar, mostrándonos cada una de ellas y el lugar donde se sitúan, advirtiéndonos que su preferida es la que se encuentra en su morro. Pero la mancha del morro aparece y desaparece a su antojo, y mirándose en los reflejos de los charcos del agua nuestra amiga se sentirá feliz o triste según confirme o no que su mancha preferida sigue en su hocico. Así, acompañaremos a nuestra amiga en busca de su mancha, llegando a desesperarnos pues parece que no es nada sencillo…... Excepcional conjunción de texto e ilustración, en la que Subi aporta unos dibujos sencillos, coloridos, realistas y simpáticos que permiten la cercanía de lector ...

Ulises tiene piojos by Czarny, Marcela

Sinopsis: "Ulises tiene piojos" y "No me quiero bañar", son dos nuevos títulos de la colección "Mi cuerpo y yo". Un excelente material que les enseña a los más pequeños, con ejemplos y con un poco de fantasía, como superar los temas problemáticos de hoy en día.  Descargar | Ulises tiene piojos pdf

Las orejas de Urbano by Francisco Hinojosa

URBANO A LA MAESTRA LE DUELE LA CABEZA Un día, cuando Urbano festejaba su cumpleaños número diez, sus orejas comenzaron a hacerle pequeñas travesuras: la oreja chica empezó a escuchar cosas que la oreja grande no captaba. Y por su parte, la oreja grande continuó oyendo las cosas que a la pequeña ya no le interesaban. Por la oreja grande, Urbano pudo escuchar “Las mañanitas” que le cantaron por su cumpleaños, las palabras de su papá cuando le entregó su regalo, las risas de sus amigos, las canciones que surgían del aparato de música, los estornudos de su abuela y el regaño que le puso su maestra el lunes siguiente por no llevar la mochila. O sea: la oreja grande de Urbano funcionaba exactamente igual que cualquier oreja del mundo. En cambio, la oreja chica empezó desde ese día a escuchar cosas que otras orejas no oían. Al día siguiente de su fiesta de diez años, mientras desayunaba en compañía de sus papás y de su hermano mayor, Urbano escuchó muy claramente, a tr...

Telésforo, el teléfono desocupado PDF

Ésta es la historia de Telésforo, un teléfono como cualquier otro: negro, gordo y de baja estatura. Fue el mejor de su clase y se graduó con honores. No era para menos: procedía de una familia donde las proezas eran comunes. Sin embargo, él no era feliz, pues no había recibido ni una llamada desde que lo compraron, pues la familia que lo adoptó... ¡Olvidó conectarlo! Pero una mañana dos acontecimientos cambiarían su vida: la lectura de un periódico que explicaba su situación "laboral", y un libro, que le enseñó una nueva forma de hacer las cosas; y gracias a esto, se convertiría en un héroe.  Telésforo, el teléfono desocupado |   PDF

Secreto de familia PDF

Ni tan rara ni tan normal. La niñita protagonista de nuestro cuento se levanta un buen día más temprano que de costumbre y, curiosa por los ruidos que escucha, se dirige a la cocina. Su madre estaba preparando el desayuno pero… estaba algo extraña: ¡se había convertido en un puercoespín! Secreto de familia | PDF

La venganza en el mecado PDF

Reseña Cuando Ema oyó a su mamá llamarla "Emita", supo que le pediría que fuera a comprar algo. Al llegar al mercado Ema se alegró, pues vio que sólo había dos personas antes que ella. No contaba con los abusivos de siempre, que no esperan su turno: la Señora que no tiene Tiempo que Perder, el Señor del Traje Verde, la Señora con el Perro en Brazos... Ema sentía que la rabia se le atravesaba en la garganta. Entonces entró Emota, que era tan grande que alcanzaba a leer las etiquetas de las latas del último estante. Ahora sí, Ema estaba segrura de que la atenderían antes que a nadie. Una nueva aventura de Emita y Emota en su lucha por hacer valer sus derechos. La venganza en el mercado | PDF